Puente Abbas Ibn Firnas

Vista panoramica


El nombre de este puente se debe a un cordobes caido en el olvido pero que ahora se le ha recordado con dicho puente.
 
Nació en Ronda en el 810, pero con 12 años se trasladó e instaló en la capital del Emirato Omeya cordobés. Poeta, astrólogo y, sobre todo, inventor. Diseñó un reloj de agua, la clepsidra, fue el primero en desarrollar la técnica de talla del cristal de roca, creó una esfera armilar para representar el movimiento de los astros y un planetario.

Pero por lo que se le recuerda es por ser un pionero de la aviación, seiscientos años antes de que Da Vinci ingeniara un aparato volador que, además, no funcionó, y novecientos años antes del primer vuelo de los hermanos 

Montgolfier. En el año 852 Firnas se lanzó desde una torre de Córdoba con una enorme lona para amortiguar la caída, por lo que se le considera el inventor del paracaídas. Pero su sueño de volar no acabó ahí.

En el 875, con 65 años, se confeccionó unas alas de madera recubiertas de tela de seda que había adornado con plumas de aves rapaces y se lanzó desde la zona de La Arruzafa, desplomándose ya cerca del Guadalquivir. Y aunque el aterrizaje fue malo y se fracturó las dos piernas, el vuelo fue globalmente un éxito: permaneció en el aire una decena de minutos. Él mismo diagnosticó que su fallo estuvo en no añadir una cola al artilugio.

Éste y su otro experimento fueron ampliamente observados por una gran multitud que él mismo había invitado. Firnas fallecerá en Córdoba en el año 887 y en el mundo musulmán se le reconoce como el primer hombre que intentó volar. En la lejana Irak, una escultura suya, que lo representa como un hombre-pájaro y que pervive a pesar de la violencia desatada en ese país, se alza en la carretera del aeropuerto internacional de Bagdad. Además, un aeródromo secundario del norte de la capital iraquí se llama Ibn Firnas. Un cráter de la Luna, de unos noventa kilómetros de diámetro, también lleva su nombre.

Su ciudad, Córdoba, recordará a este personaje a mitad de camino entre la historia y la leyenda mediante un nuevo puente sobre el Guadalquivir, dentro de las fases de construcción de la Variante Oeste de la capital, que conectará de forma más directa con el aeropuerto y con el Centro de Transportes del Higuerón y llevará una gran carga de transporte por ella sin necesidad de entrar en la ciudad por la Ronda Oeste.

Se alza a pocos metros del vado de Casillas, donde ya desde época islámica existía un molino y luego una central hidroeléctrica.

El nuevo puente tiene 270 metros de largo, constará de seis carriles, tres por sentido, y su estructura se sustentará con dos arcos atirantados con sendos vanos de 133 metros. Su arquitecto, José Luis Manzanares Japón, profesor en la Universidad de Sevilla, declaró que quería rendir homenaje con esta obra a la aviación, por su cercanía al aeropuerto. Y por eso se escogió rescatar el nombre del personaje olvidado y bautizarlo como Puente de Abbas Ibn Firnas, simulando sus alas con esos dos arcos y colocando la imagen del inventor entre ellos.

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