El mirlo común (Turdus merula) o simplemente mirlo es un ave passeriforme de la familia Turdidae, a la que también pertenecen los zorzales. En la península está presente T. merula merula, mientras que en Canarias se encuentra T. merula cabrerae.
El plumaje del macho es de un negro intenso, si bien los ejemplares jóvenes como es el caso de la foto presentan una coloración gris, que se va oscureciendo a medida que se acercan a la etapa adulta. Contrasta con el color amarillo-anaranjado del pico y del anillo ocular. Las patas son de un marrón oscuro próximo al negro.
Las hembras tienen un plumaje marrón, más o menos oscuro según individuos. No presenta el pico anaranjado de los machos ni el anillo ocular de ese mismo color. El pico es de color marrón y las patas de un tono marrón oscuro.
Respecto al tamaño, los mirlos son aves que alcanzan los 23-29 cm y una envergadura de 34 a 38 cm. Los machos suelen ser ligeramente más grandes que las hembras, oscilando su peso entre 80 y 125 gramos.
Los mirlos son omnívoros, se alimentan de una gran variedad de insectos, gusanos y otros pequeños animales y también consumen frutas e incluso semillas. Lo más común es ver a los mirlos buscando su alimento en el suelo y entre la maleza. Para localizar el alimento o las posibles presas utilizan tanto el sentido de la vista como el oido. Suelen remover la hojarasca buscando insectos, fundamentalmente orugas. Es característico verlos dando saltos cortos por el suelo de un lugar a otro mientras buscan su comida. En cualquier caso también son asíduos buscadores de insectos y frutas en los árboles. En las zonas agrícolas próximas a Sierra Espuña es muy común verlos entre las ramas de los cítricos.
Los mirlos son eminentemente territoriales. El macho establece el que será su territorio para toda la vida durante su primer año de existencia y para ello utiliza su canto. Durante la temporada de anidación un mirlo no soporta a ningún congénere, con la excepción de su pareja. Fuera de la época de cría, pueden llegar a compartir hábitat con otros mirlos, sin embargo la interacción entre ellos es prácticamente nula.
El trino de los mirlos es realmente llamativo por su variedad melódica, amplio repertorio y capacidad de improvisación. De hecho se considera uno de los cantos más bellos de las aves europeas.
Los machos pueden cantar en cualquier momento pero son en las primeras horas de la mañana y al atardecer cuando lo hacen de forma más contínua. Se sabe que las subespecies T. M. merula y T. M. nigropileus son capaces de imitar los trinos de otras aves e incluso sonidos urbanos como seres humanos o alarmas. En el enlace de la Wikipedia se puede escuchar dos ejemplos de su canto.
Uno de sus cantos característicos y que posiblemente sea el que oigamos más a menudo si caminamos por el bosque es el que emite cuando se siente molestado y sale volando rápidamente de entre la maleza para ocultarse más lejos. En ese momento emite una especie de "cloqueos" cortos, repetitivos, estrepitosos y que aumentan en frecuencia rápidamente al tiempo que se aleja.
Si bien son aves que se han adaptado muy bien a los entornos urbanos, suelen ser bastante esquivos con el ser humano, apresurándose a huir al menor atisbo de proximidad.
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