La malcomia es una planta herbácea anual que según la especie alcanza alturas que van de los 15 a los 30 centímetros. Este ejemplar, perteneciente a la especie de las crucíferas, presenta un follaje alterno de color verde blanquecino y unas flores conformadas por cuatro pétalos que pueden ser rosas, rojos o blancos. Suelen desprender agradables perfumes en su época de floración, es decir verano y otoño.
Los ejemplares de esta planta, oriunda de las regiones bañadas por el Mediterráneo y de la zona meridional del continente asiático, son muy resistentes. Esta característica los hace muy apreciados, porque les permite aclimatarse muy bien a los diferentes suelos y condiciones atmosféricas. Un sustrato neutro, ligeramente arenoso, y que disponga de un buen drenaje es el idóneo para plantar sus semillas, que deben extenderse bien, puesto que necesitan bastante espacio para crecer.
A pesar de su facilidad de aclimatación resulta una planta un tanto exigente con el riego, al requerir de un suelo ligeramente húmedo. Para lograr esas las condiciones idóneas de crecimiento deberemos mantener el suelo fresco, por lo que es aconsejable proporcionarle agua en pequeñas dosis y de manera frecuente, llegando incluso a necesitar un aporte de líquido elemento 3 ó 4 veces por semana si el clima es demasiado seco o en los meses más calurosos del año.
La malcomia agradecerá estar expuesta a pleno sol, aunque también vegetará sin problemas a media sombra.
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